Colarse a como dé lugar: Crónica de una democracia sitiada

Publicado el 3 de noviembre de 2025, 12:39

En el Perú, donde los calendarios se deshojan como hojas de coca en mesa de curandero, el proceso electoral del 2026 ha comenzado con el mismo vértigo con que los pueblos del Caribe veían llegar tormentas sin nombre. No es una elección más: es una feria de espejismos, donde 39 agrupaciones políticas —cada una con su propio conjuro y malabar— se disputan el derecho a encender la antorcha de la representación. Pero en esta romería democrática, algunos no entran por la puerta principal, sino que se cuelan por rendijas legales, como fantasmas que burlan la vigilia del Estado.

Como en Macondo, donde los muertos regresaban a conversar con los vivos, aquí los inhabilitados reaparecen en listas oficiales, disfrazados de iniciales ambiguas y parentescos oportunos. Martín Vizcarra, dos veces desterrado por el Congreso, intenta volver al poder no como sí mismo, sino como un “M. Vizcarra” que no es él, sino su hermano Mario. Un truco de feria, una prestidigitación política que convierte la letra en máscara y la confusión en estrategia. Las encuestas, como oráculos ciegos, registran el nombre sin alma, y miles de ciudadanos de buena fe creen estar votando por quien ya no puede ser votado.

Otro personaje de ultratumba, aparece cual Frankestein en plena noche de brujas para anunciar desde su “casa por cárcel”, su candidatura al Senado. Se trata nada más y nada menos que del tristemente célebre Pedro Pablo Kuczynski, quien alguna vez llegó a ser Presidente del Perú, como una prueba de que en esta parte del mundo no sólo el error es recurrente, sino el horror.

Y como si el país fuera un escenario de realismo mágico donde los absurdos se naturalizan, a las 24 horas aparece otra plancha presidencial encabezada por Rosario del Pilar Fernández, hermana del exalcalde de los huacos hipertrofiados, prófugo e inhabilitado. Otro intento de colarse por la ventana, como si la justicia fuera un telón que se puede correr con astucia y apellido.

Pero este no es solo un carnaval de nombres y simulacros. Es también una tragedia existencial, una democracia que se tambalea entre la legalidad y el engaño, entre la ética y la indiferencia. El Jurado Nacional de Elecciones, que debería ser el guardián de la transparencia, parece mirar hacia otro lado, mientras los partidos se multiplican como hongos en la humedad institucional. La ciudadanía, atrapada entre la saturación informativa y la manipulación emocional, corre el riesgo de votar por sombras creyendo que son cuerpos.

La democracia, en su forma más pura, exige claridad, responsabilidad y decencia. Pero aquí, donde los principios se negocian como mercancía, el engaño se convierte en una forma de corrupción más profunda: aquella que manipula la conciencia. Si el Jurado no actúa con firmeza, será cómplice de una estafa electoral que vulnera el derecho de los peruanos a elegir con verdad y libertad.

Epílogo: La esperanza que no se rinde

Sin embargo, como en las novelas donde la luz se filtra por la rendija más inesperada, hay partidos que avanzan sin estridencias, cumpliendo cada formalidad como si la ley fuera un acto de fe. El Partido de los Trabajadores y Emprendedores (PTE), liderado por Napoleón Becerra García, junto a Winston Huamán y Nélida Cuayla, representa esa otra cara de la política: la que no se cuela, sino que toca la puerta con respeto. En medio del ruido, su silencio es una forma de resistencia. Y en medio del caos, su legalidad es una forma de esperanza.

Porque incluso en los tiempos más oscuros, la democracia puede renacer si hay ciudadanos que vigilan, partidos que respetan y autoridades que recuerdan que su deber no es con los poderosos, sino con el pueblo que aún cree —como en los mejores cuentos de Gabo— que la política puede ser un acto de dignidad.

PD. Ver video en la parte inferior.

 

UDI/VTV/JCR

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Comentarios

Raúl Angel Huarhua Muñiz
hace 3 días

Siempre se tiene que luchar: por educación, por salud, por reducir y eliminar la opresión y la explotación del hombre por el hombre.
Pero en ésta etapa en nuestro adolorido Perú, necesitamos una multitud de organizaciones cívicas, culturales, laborales, andinas, afros para que se realice una lucha por la democracia con amplia forma de coordinación y confluencia de integración así como de completar sus intereses no sólo de momento sino a los sagrados intereses estratégicos.
SALUDOS Y FELICITACIONES POR EL PAPEL QUE SE ESTÁ REALIZANDO AL INTERIOR DEL "PTE".