“NAPO, EL CANDIDATO DE LA CALLE Y LA CONVICCIÓN”, Por el Perú que madruga con sudor y honor: En un país donde la política suele hablar desde escritorios y no desde las esquinas del barrio, emerge una figura que camina con el pueblo, sin guion y sin fachada: Napoleón Becerra García, candidato presidencial por el Partido de los Trabajadores y Emprendedores (PTE) rumbo al 2026. Su discurso, vibrante y directo, como se aprecia, no es una promesa vacía, sino una declaración de principios que nace de la experiencia, la indignación y la esperanza.

“Napo, Napo, Napoleón” no es solo un eslogan, es una consigna que representa al obrero, al emprendedor, al que madruga con sudor y honor. En su mensaje, el candidato no se esconde detrás de tecnicismos: va de distrito en distrito, con propuestas tangibles contra la corrupción, la delincuencia y el abandono en salud. Su visión se articula en tres pilares: un Perú saludable, seguro y sostenible.
Un Perú Saludable
Napoleón denuncia con firmeza que el 40% de niños peruanos sufre de anemia, en un país que posee 80 de los 120 microclimas del planeta. ¿Cómo es posible que importemos papas de Holanda cuando somos cuna de más de 3,000 variedades? La respuesta, dice, está en la falta de voluntad política y en una agricultura sin tecnología ni visión. Su propuesta: nutrición digna, postas médicas con especialistas, y medicina alternativa basada en nuestras 2,500 plantas curativas.
Un Perú Seguro
Con más de 2,000 muertes por sicariato en lo que va del año, Napo propone una estrategia audaz: convocar a 200,000 licenciados de las Fuerzas Armadas para reforzar la seguridad ciudadana, capacitados en tres meses para actuar en las regiones más violentas. No se trata de represión, sino de pacificación con cultura, de recuperar espacios para los jóvenes y erradicar el crimen desde sus raíces.
Un Perú Sostenible
El Perú, afirma, ha explotado menos del 5% de su riqueza minera, pero esa riqueza está en manos de concesionarios, no de los pueblos originarios. Su propuesta es clara: convertir a los habitantes de las zonas mineras en socios, exigir que las industrias se instalen en el país y que el valor agregado se quede en casa. No más piedras que se van y regresan convertidas en productos que nos cuestan 100 veces más.
Educación para emprender, no para mendigar
La educación, dice Napoleón, debe formar emprendedores, no pedigüeños. Propone una universidad estatal en cada provincia, para que los jóvenes no tengan que migrar a las capitales en busca de oportunidades. El centralismo, afirma, ha empobrecido a las regiones más ricas del país. Es hora de revertir esa lógica.
El mensaje que resuena
En NAPO, NAPO, NAPOLEON se reafirma el carácter del candidato como outsider, como hombre de calle, como líder que no teme decir que el Perú ha sido vendido por un plato de lentejas. Pero también como el hombre que cree que sí podemos vivir mejor, que los emprendedores sacarán el país en hombros, y que los adultos mayores no deben mendigar en las plazas de Lima.
Voz, ritmo y convicción
El discurso de Napo no solo se escucha, se canta. Su estilo recuerda al poder emocional de canciones emblemáticas, donde la palabra se convierte en fuerza, en promesa, en identidad.
El Perú que se levanta
Napoleón Becerra García no promete milagros, promete trabajo. No ofrece espectáculo, ofrece estructura. Su partido, el PTE, no es una sigla más: es el grito de los que madrugan, de los que emprenden, de los que no se rinden. En tiempos de desencanto, su candidatura representa una posibilidad real de reconstrucción desde abajo, con ética, con memoria y con acción.
¡Vota por el cambio. Vota por el PTE. Vota por Napo, el que camina con el pueblo!
UDI/FUNHI/JCR
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