PRESENTACIÓN DE CANDIDATOS PTE-PERÚ 2026

Publicado el 9 de diciembre de 2025, 10:26

Todo fue color amarillo y azul como el logo del Partido Político de los Trabajadores y Emprendedores del Perú, este 7 de diciembre de 2025, fecha que se anota en la historia política de este innovado partido como el día en el que oficialmente se presentaron los candidatos a la Presidencia, Senado, cámara de Diputados y Parlamento Andino. Quedando expedito el variopinto grupo de candidatos para participar del proceso electoral 2026, en medio de una velada de música, mensajes y sobre todo alegría de los miembros del denominado PTE-PERÚ. 

La Velada de los Trabajadores y Emprendedores

En la noche limeña, el salón se transformó en un territorio mítico. No era ya un espacio físico: las paredes se dilataban como pulmones de la patria, los techos se abrían como un cielo de estrellas convocadas, y cada mesa del café se convertía en altar donde los trabajadores y emprendedores del Perú ofrecían su palabra como sacrificio y esperanza.

Los discursos no fueron simples frases: eran conjuros. Cada “¡Viva el partido!” resonaba como un trueno que despertaba a los incas dormidos en las montañas, y cada “¡Viva el Perú!” hacía brotar flores invisibles en los balcones de la ciudad. El aire estaba cargado de una electricidad ancestral, como si los espíritus de los ayllus hubieran descendido para presenciar el nacimiento de una nueva sociedad.

El candidato, nombrado con voz coral como Napo presidente, no era un hombre solo: era un río que arrastraba siglos de lucha, un cóndor que desplegaba sus alas sobre la multitud. Su palabra se mezclaba con la música, con los cantos populares que irrumpían como ráfagas de fiesta, recordando que la política también puede ser danza, que la resistencia también puede ser alegría.

Los asistentes se tomaron de las manos, y en ese gesto se fundieron las generaciones: los abuelos que alguna vez fueron explotados, los hijos que aún buscan justicia, los nietos que sueñan con un país distinto. Era como si el tiempo se hubiera detenido y todos los siglos de la patria se reunieran en ese instante.

La velada no fue solo presentación de candidatos: fue un ritual de refundación. Entre palmas, canciones y promesas, se levantó un partido que no nació de oficinas ni de cálculos fríos, sino del fuego de las comunidades, del sudor de los obreros, del canto de los emprendedores que nunca dejaron de creer.

Y cuando la música popular irrumpió con versos de amor y desgarro, el salón entero se convirtió en Macondo: un pueblo donde la política se confunde con la poesía, donde la esperanza se viste de fiesta, y donde los trabajadores y emprendedores del Perú se reconocen como los verdaderos narradores de su destino.

Al final, la multitud gritó tres hurras, y esas hurras no fueron simples ecos: fueron semillas lanzadas al viento. Semillas que algún día germinarán en la tierra fértil de la justicia, la igualdad y la equidad social.

Porque esa noche, bajo las luces y las palmas, no se presentó una plancha presidencial: se presentó un mito. El mito de un pueblo que, cansado de la mediocridad y la mentira, decidió escribir su propia historia con la tinta indeleble de la esperanza. 

A continuación disfrutemos de la algarabía democrática que vivieron sus miembros y simpatizantes.

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