La Voz de los Trabajadores Emprendedores Rumbo a la Refundación del Perú

Publicado el 26 de noviembre de 2025, 1:18

Por la dignidad del pan, por la justicia del viento, por la memoria de los que aún sueñan: 

Desde el corazón palpitante de NapoTV, Napoleón Becerra García, el hijo del pueblo que camina con los pies descalzos sobre la historia, ha vuelto a encender la antorcha de los trabajadores emprendedores. No es solo un líder: es el eco de los abuelos que sembraron dignidad en los cerros, el trueno que despierta a los dormidos, el relámpago que rasga el velo de la impunidad.

 

El Congreso como callejón de sombras

Los congresistas, convertidos en personajes de una comedia sin gracia, se insultan como fantasmas atrapados en un callejón de cinco puñaladas. Cobran 46,000 soles por mes, mientras el pueblo amasa su pan con lágrimas. ¿Qué hechizo los mantiene en sus tronos dorados? ¿Qué pacto han sellado con el olvido?

Justicia como acto de exorcismo

Desde esta tribuna, se invoca a la Fiscalía como si fuera un sacerdote de la verdad. Se exige prisión preventiva para la señora del reloj dorado, la que respingaba la nariz como si oliera pobreza. Ella y su ministro, el carnicero de los Andes, un tal Otárola, deben responder ante los muertos que aún caminan por las plazas, pidiendo justicia con sus ojos cerrados.

El presidente como muñeco de torta

El inquilino del Palacio, rodeado de 50 sombras que lo siguen en cada viaje, parece más un muñeco de torta que un estadista. Se le exige que despierte del encantamiento mediático y enfrente el sicariato que se multiplica como serpientes en los caminos. Si ha firmado contratos ley en secreto, será juzgado por los espíritus del pueblo.

Corrupción pandémica y el lagarto condenado

Durante la pandemia, los generales compraban mascarillas como si fueran amuletos de oro. El lagarto, que no fue elegido pero se deslizó hasta la presidencia, ahora enfrenta 14 años de condena. Su legado: 60,000 millones entregados a las grandes empresas como si fueran ofrendas a dioses falsos. Pero el pueblo ya no cree en esos ídolos.

Los trabajadores como gigantes dormidos

Más de 5,000 trabajadores han despertado. Han salido a las calles como ríos que se desbordan, como cóndores que bajan de los Andes. El PTE los abraza y los convoca: no más contratos CAS, no más migajas. Todos deben entrar a la carrera pública como se entra a una fiesta de justicia.

Reestructurar el Estado como quien limpia un templo

La administración pública está llena de telarañas. La Policía tiene un déficit de 130,000 efectivos, y el Poder Judicial acumula 950,000 expedientes como si fueran piedras en un río seco. El PTE propone limpiar, renovar las instituciones como quien purifica un templo ancestral.

La juventud como semilla estelar

A ese millón y medio de jóvenes que no estudian ni trabajan, se les ofrece un bono, sí, pero también una promesa: construir una universidad por provincia, para que el conocimiento florezca como luciérnagas en la noche. Ellos son la potencia, el fuego nuevo, el espacio donde la esperanza del Perú se enciende.

Elecciones internas como ritual de renacimiento

El 30 de noviembre, el PTE celebrará sus elecciones internas. No será solo un acto político: será un ritual de renacimiento, donde se elegirá a los delegados, la plancha presidencial, los senadores y diputados como quien elige guardianes de la nueva república.

Mensaje final:

El Partido de los Trabajadores y Emprendedores no es solo una organización: es un conjunto colectivo, una canción que se canta en las faenas, una bandera tejida con los hilos de la dignidad. Napoleón Becerra García no camina solo: lo acompañan los espíritus de los que lucharon, los niños que aún sueñan, los abuelos que aún rezan. El Perú no será más chacra de los poderosos: será jardín de justicia, campo fértil de esperanza.

 

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